El amor nunca pone condición para dar, simplemente da.
Dar en una cantidad tan grande como una catarata de nuestra tierra da generosamente agua sin preguntarse si ese agua volverá nuevamente para que pueda seguir dando, la seguridad está.
La verdad en ningún caso implica violencia o dolor o extremismo, la verdad es que detrás de todo eso existe la luz y que la luz es posible que brille incluso de una forma radical e inmediata.
El amor en ningún caso en ñoñería o estupidez o conformismo, el amor es verdad absoluta, el amor es la integridad, el amor es la conexión, el amor es la unidad, es la cooperación y es la entrega.
Amarse a uno mismo es el primer paso, es el primer paso para entregarse a la vida, para ser uno con la vida, para ser tan absolutamente invulnerables a cualquier cosa externa. La mayor protección para uno y para todo el resto de la humanidad es el amor.
Amar sin medida ninguna permite que surja en el otro aquello que ni siquiera ve en este momento y que es la
verdad de si mismo. El amor nos hace invulnerables y por lo tanto nos da la vida.
El amor nos llena absolutamente de vitalidad, carga cada una de las células de nuestro cuerpo con la
vida que necesitamos y desde luego si amamos con la suficiente intensidad y la suficiente autenticidad verdaderamente las células de nuestro cuerpo responderán a eso y cualquier desequilibrio existente se restablecerá.
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