Desde el 1995 los franceses por medio de sus sindicatos y manifestaciones de todo tipo (incluidas las últimas en contra del trato a los emigrantes) han dado claras muestras a sus políticos de que las nuevas ideas no parecen tener visos de solucionar los problemas económico sociales a largo plazo para el crecimiento económico del pais y de la comunidad europea a la cual está ligado. La última ha sido la anulación del controvertido contrato primer empleo jóven.
Se aprecia una gran dificultad en encontrar una via de solución, incluso a los demás paises europeos. Sin duda se necesitan nuevos aires renovadores que tengan poco que ver con lo hecho hasta ahora por la política tradicional.
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